A veces nos cuesta pedir perdón, y otras veces, nos cuesta perdonar.

En ocasiones, en ambos casos la reparación juega un papel muy importante para que el perdón se produzca o se integre. Por ello, saber cómo hacerlo es muy importante para que la relación no se resienta.

¿Cuántas veces hemos oído a nuestros padres decir: «pídele perdón a tu herman@ o a tu madre»? Como si no pudiésemos pedir perdón sin realmente sentirlo. De pequeños, todos lo hemos hecho desde el enfado y un poco «para que se callasen». De ahí, que en la edad adulta muchas veces tendamos a repetir el mismo patrón en nuestras relaciones de pareja no dando el resultado esperado.

¿CÓMO SE REPARA PARA SOLUCIONAR LOS CONFLICTOS?

Para que sintamos que estamos o están realmente reparando tienen que darse varias condiciones:

La reparación es necesaria cuando existe un daño físico o emocional causado intencionalmente o sin querer por otra persona. Reparar es la forma de hacerle sentir al otro que su dolor es importante y de esta manera los conflictos en la relación se acaban disolviendo.
La disculpa es un componentes esencial en la reparación aunque no el único. Por ejemplo: «siento esto que he hecho» o «me disculpo por haber reaccionado así».
A pesar de no haber hecho o dicho nada inadecuado, es importante empatizar con el dolor del otro, sin que tenga que ser «dar la razón al otro». Por ejemplo: «siento mucho que te hayas sentido así con esto que he dicho».
Si es algo que hace daño a otra persona, es importante adoptar una actitud de responsabilidad y compromiso de cambio de lo que hace daño. Es decir, la persona puede no sentir la reparación si ya nos hemos disculpado muchas veces pero no se ha producido un cambio real por nuestra parte, por lo que si no se realiza, los conflictos seguirán apareciendo.
La reparación debe hacerse con respecto al daño que se ha producido, no en otra dirección. Es decir, si le comento a mi pareja que me duele que me grite y él cada vez que lo hace, me hace una cena para compensar, eso sería compensar y no reparar.

La reparación en las relaciones de pareja es fundamental. Si no se realiza, suelen enquistarse los conflictos y ambas partes ir perdiendo la confianza en que las cosas van a ir a mejor o que pueden solucionarse.