Las relaciones son muy diversas y complejas, esto hace que puedan ser una fuente de protección para el individuo, o bien, un disparador de muchísimo malestar. Por ello es importante detectar si nos estamos involucrando en una relación tóxica.
La dificultad de las relaciones radica en que el modelo de las relaciones de pareja empieza mucho antes de lo que solemos imaginar. Comienza con nuestras primeras relaciones de cuidado, la forma en la que nos cuidan hace que desarrollemos patrones de interacción muy concretos que luego se reflejan en las relaciones de pareja.
Por ello, como siempre decimos en sesión, no hay personas tóxicas sino relaciones tóxicas. Cuando los cuidados son, o bien excesivos (claro que una conducta de cuidado puede ser patológica), o bien ausentes se generan heridas de apego que luego acaban floreciendo en nuestras relaciones de pareja adultas. Además, si a esto le añades, cierta ausencia de cuidado sumado a presencia de interacciones violentas, agresivas, miedo, gritos, humillaciones… genera una herida todavía más profunda y difícil de sanar, y por tanto, en muchas ocasiones incontrolable. El daño psicológico o la herida genera en las personas conductas dañinas, o bien hacia otras personas o bien hacia sí mismas.
Muchas veces desde la necesidad de vinculación sumado a la herida relacional que tenemos nos cuesta diferenciar qué cosas son “normales” en una relación y cuáles no.
Dentro de que cada persona tiene necesidades individuales, hay algunos aspectos básicos que es importante garantizar que no existan en una relación (de pareja, de amistad…), y que si se están dando, es importante poner medidas porque es una relación tóxica:
- Si te sientes mal cuando vuelves de estar con ella/él.
- Si hay constantes juicios, humillaciones, faltas de respeto, insultos…
- Si hay agresiones físicas o verbales.
- Si no existe reciprocidad: solo un@ sale ganando mientras que el otro siempre perdiendo.
- Si no ves interés por su parte en tu bienestar, te sueles sentir a menudo decepcionad@ y herid@.
- Si todo suele verse de forma negativa. Constantemente destaca tus fracasos y le cuesta alegrarse por ti cuando tú lo haces.
Necesitamos personas que nos aporten y nos enseñen, y quién no pueda garantizarnos eso, lo mejor es soltar cuanto antes.
Si sientes que necesitas ayuda para aprender a relacionarte de forma más sana, nosotras estaremos encantadas de poder atenderte.