El Trastorno Límite de Personalidad o TLP es un trastorno de personalidad caracterizado por una falta de regulación emocional, normalmente relacionada con un miedo intenso a ser abandonados lo que genera una inestabilidad en sus relaciones personales marcado por períodos de idealización y devaluación. También se han producido problemas de mentalización y una identidad alterada y fragmentada.
A menudo suele ir acompañado de problemas de atención y memoria, problemas con la imagen corporal y la alimentación, y una fuerte sensación de vacío. Suelen sentir mucho miedo a la pérdida de identidad porque las relaciones que establecen suelen ser muy fusionales.
¿Cómo identificar el TLP? Reconociendo señales
Hay características que suelen llamar la atención y que nos pueden ayudar a ser conscientes de si la persona con la que estamos sufre de trastorno límite de personalidad (TLP):
– Idealización de las personas que le muestran afecto y devaluación de las que percibe que sienten rechazo.
– Presencia de mucha inestabilidad emocional con períodos de tristeza muy profundos.
– Dificultad para gestionar la ira
– Comportamientos impulsivos, por ejemplo, dejando relaciones personales, practicar sexo de forma insegura, consumir drogas, saltarse las normas, comer mucho o dejando de comer…
– Comportamiento autodestructivo como presencia de autolestiones o intentos de suicidio.
– Miedo recurrente a ser abandonados y sensación de vacío crónica
Derribando mitos sobre el Trastorno Límite
Existen algunos mitos referentes a este trastorno:
- MITO: Las personas con diagnóstico de TLP solo quieren atención y manipular. Las personas con TLP son personas que sufren diariamente por miedo a no ser queridas, rechazadas o invisibles. Este dolor emocional tan intenso muchas veces las conducen a que haya partes de la persona que quieran protegerla de que eso no pase haciendo determinadas cosas para no sentir el rechazo de otros. Por ejemplo, mentir para que las personas piensen que son interesantes; sexualizarse para sentirse vistas… Lo importante es que veamos que todo lo que hacen no lo hacen para llamar la atención ni manipular, sino porque sienten mucho dolor con el rechazo porque en su historia ha habido situaciones de rechazo reales que le han hecho tener que protegerse de eso. Es decir, las protecciones que la persona ha tenido que desarrollar para no volver a sufrir abandonos y rechazo la llevan a hacer cosas que podría parecer que son para llamar la atención pero que son comportamientos puramente protectores para con ell@s.
- MITO: Las personas con TLP ya tienen el diagnóstico de por vida. Es cierto que la terapia es más duradera que con otro tipo de perfiles psicológicos, pero en ningún caso tiene que ser un diagnóstico de por vida si se realiza un buen trabajo con la persona y su ambiente (especialmente si es menor). Para asegurarnos que la terapia avanza es importante tener en cuenta todas las partes de la persona, tanto las partes que contiene el trauma y el daño de las cosas que les ocurrieron de niñ@s y generan dolor, rechazo y vergüenza como para las partes que las protegen de formas que la persona ya no necesita.
- MITO: Las personas con TLP son peligrosas. Las personas que tienen este diagnóstico en ocasiones de mucha inestabilidad emocional pueden recurrir a autolestiones u otros comportamientos autodestructivos para calmar sensaciones emocionales dolorosas, sin embargo, rara vez suelen recurrir a agresiones externas.
Ayuda Profesional y Estrategias para ayudar a personas que sufren TLP
La relación terapéutica es el principal motor de cambio en la persona que sufre todas estas sensaciones, por lo que asegurarse que el vínculo supone para la persona una relación de apego seguro y que se transmite una mirada incondicional y curiosa hacia la historia de la persona es fundamental.
Además, para poder trabajar en profundidad con estos perfiles, es importante que miremos la historia de vida de la persona, su historia de apego con sus padres y su familia, su historia con sus iguales, mudanzas o acontecimientos estresantes… y que poco a poco vayamos conformando cuál es el mundo interno de la persona y por qué internamente hay determinados funcionamientos.
Para ello, la terapia con EMDR o terapias centradas en la emoción y el trabajo con trauma como la terapia de sistemas de familia interna (IFS) suelen dar muy buenos resultados ya que la persona se siente recogida. La comprensión de su historia y de su funcionamiento interno así como la relación terapéutica van generando en la persona un cambio de dentro hacia fuera.
En Centro de Psicología Psintegra, trabajamos desde una mirada profunda con enfoque de trauma y apego para poder hacer un trabajo con las partes del paciente que están más desreguladas y llegar a un punto de equilibrio interno donde la persona se vaya pudiendo sentir cada vez más estable.